domingo, 8 de mayo de 2011

Wrong track

Si le das el poder a alguien de darte la felicidad inimaginable, le das el poder de hacer con ella lo que quiera. Desde aumentarla en un grado infinito e irremplazable hasta aniquilarla por completo.
No es la ley del más fuerte, ni mucho menos un sentimiento ciego; es combatir, tal y como lo dijo un grupo mexicano a comienzos de este siglo: amar... es combatir.
Y me digno a decir que, como en toda guerra, siempre alguien tiene (obligatoria y desafortunadamente) que perder.

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