sábado, 31 de julio de 2010

Inevitabilidad

Hoy, como siempre, quiero escribir.
No quiero escribir sobre algo irónico (como casi siempre suele pasar), hoy quiero escribir sobre lo que siento o lo que he sentido hasta ahora. Se supone que estoy de vacaciones y se supone que estoy bien, se supone que ya he olvidado todo y que las heridas poco a poco aprenderé a curarlas SOLA... se supone que no debería tener ganas de salir corriendo, se supone que ya no tendría ganas de llorar.
Me he sentido total y absolutamente protegida en mi hogar, pero cuando salgo todo es diferente: las calles, el clima, las personas... todos tienen algo que no me permite reconocerlas, algo ha pasado ¿no? Miro mi calendario que está en la cocina y caigo en cuenta de que más o menos por estas fechas todo cambió, lo curioso es que todo vuelve a cambiar esta vez pero ya no como antes.
Me doy cuenta de que le tengo miedo al mundo, no sé que se esconde en él y aún no sé porque el mundo es tan malo; ya no salgo con la esperanza de ver a un mundo repleto de cosas maravillosas, porque ya sé que no las hay. Ya no salgo con la esperanza de que el mundo pueda alegrar un poco más mi vida, porque tengo miedo que la ataque y quizás con suerte la destruya. El mundo me marea, el mundo convirtió de repente a todos los sueños en pesadillas, el mundo cada día es menos seguro.
Entonces sé que las ganas de llorar no se han ido, sólo están esperando a que empiece a recorrer el mundo.

miércoles, 14 de julio de 2010

Winter

Cuando tengo hambre, reviso mi refri.
Cuando estoy muy feliz, aplaudo.
Cuando quiero recordar a alguien, escucho mi playlist.
Cuando estoy triste, me da sueño.
Cuando estoy aburrida, me plancho el cabello.
Cuando tengo dinero, compro tonterías.
Cuando tengo frío, me pongo mi chompa negra.
Cuando quiero divertirme, salgo a la puerta del jardín.
Cuando estoy sola, canto muy fuerte.
Cuando voy a escribir me siento con las piernas cruzadas encima de mi silla.